viernes, 9 de marzo de 2012

FUI SOLDADO

                                                         
Fui soldado, estuve en una guerra. Luché junto a muchos valientes, locos, cuerdos, tontos y genios.
La guerra a la cual pertenecí fue agotadora, y como buena guerra ha dejado secuelas en mí. Logré vencer, logré sacar mi banderita blanca de la paz o gris, eso no lo tengo claro aún. Pero después de una guerra nada es igual.

Mis compañeros soldados fueron fundamentales en esto, y creo lo fui para ellos. Mas se hicieron adictos a ella, no la pueden dejar. Algunos quieren al enemigo y claro, éste a veces se vuelve carne de tu carne.

Siento pena, ya estoy ajeno a ellos. Me siento superior. Me pregunto, ¿por qué yo fui rescatado? ¿Por qué yo le puse fin a la guerra, a mi guerra, por qué lo hice tan personal? ¿Cómo lo logre? Hoy todo es perfecto para mí. Soy un soldado feliz, en compañía. Esa compañía es mi bandera blanca. Tal vez ahí está el problema de mis compañeros ¿La bandera? Hay un soldado en particular que tuvo una guerra más fuerte que la mía, pero que nos involucro a todos. Una guerra afecta a todos y destruye todo a su alrededor, pero él sobrevivió y yo también.

Creo que aquel soldado, que lo llamo soldado Azul Mar, también ahora esta ajeno a los amigos soldados que quedaron en el campo de batalla. Duele ver que la guerra no terminó para todos. Que el peor enemigo es uno mismo.Yo, mientras estaba recluido, soñé todos los días con ser relevado de mi puesto de soldado, y no pasaba nada. Había que actuar, luchar. No sé, algo pasó. Dios hizo las paces conmigo. Mejor dicho, yo las hice con Él. Me mandó una bandera, la de la paz, y nunca más volví al campo de batalla, como tampoco lo hizo el soldado Azul Mar. Salí, me costó, miré hacia atrás miles de veces. Pensé en volver quedarme ahí, pero no es mi lugar. Mi lugar está con mi bandera blanca, con la paz, con los animales.

El soldado Rojo Estrella no hace más que cavar su propio hoyo en la guerra, no sé por qué. Pero sí me acuerdo de él. He intento ayudarlo, pero significa regresar, y no quiero. Ya no soy de ahí, ya no sé cómo actuar ahí, me siento extraño. Ya no hablo como soldado, no camino como soldado, no miro ni me miran como soldado, por más que lo intente aunque sea sólo por ayudar al soldado Rojo. No lo logro, creo que ya no soy un soldado. Me molesta el ruido, me cansa discutir, no quiero debatir. Desde que tengo mi bandera todo es muy distinto a la guerra.

Hay un soldado que me llama la atención en particular. El soldado Amarillo Sol. Siempre ausente para los demás soldados, menos para mí. Creo que siempre supo que yo saldría de ahí algún día. Y en eso está Amarillo Sol, saliendo y cada día brilla más. Creo que rápidamente perderá el lenguaje de soldado también. El ser soldado te da un don, el de presentir todo. Se desarrolla todo al máximo.  Presiento que Amarillo está por recibir su bandera blanca. Espero así sea, pues de repente me siento sólo. Mi bandera es de gran compañía, pero los soldados son los soldados. Y lo que vive un soldado, sólo un soldado lo entiende.

Y para el final dejo al soldado Celeste Cielo. Es un gran soldado, creo el más luchador de todos, y también el mas antiguo. Para Celeste Cielo es muy complicado el tema de la guerra. Lo lamento, pero creo que está preso. Si Rojo Estrella no lo libera, no saldrá de ahí. Celeste es un soldado que absorbe todo de los otros soldados. Un buen soldado, el que más sufre, ya cansado de la guerra. No entiendo, ¿por qué simplemente no huye? Soldado que arranca, sirve para otra guerra. Bueno, Celeste no quiere más guerra.

Cuando me incorporé al campo de batalla, ya estaban ahí Celeste Cielo, Rojo Estrella y Azul Mar. Luego llegué yo, y al poco tiempo Amarillo Sol. Hay más soldados que se fueron incorporando en el camino, algunos enemigos, otros no tanto. Por eso digo la guerra es  adictiva. Cuesta salirse, pues entre los soldados se hace un pacto de lealtad que incluye hasta al enemigo.

Yo era el soldado Morado Mora. ¡Era! Hoy tengo otra vida. Desperté en otro mundo, en otro cuerpo.
Mi bandera hoy no es bandera, es un hombre, pero sigue conmigo.
A pesar que en esta vida soy mujer, aún recuerdo que fui soldado, y recuerdo a los soldados y al enemigo. El campo de batalla existió, la guerra fue real.
Y mi bandera, a pesar de ser un hombre ,sigue cumpliendo la función de bandera de la paz.

María.
                                                         

8 comentarios:

  1. Escribes tan lindo Mila! Siempre es un gusto leerte :) Sorry si últimamente no lo he hecho pero pronto tendré internet en Talca y podré hacerlo más seguido!!
    Un abrazo gigante querida <3

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  2. Muy lindo, me encantó y creo que en esta vida, tu bandera "vale oro". Cuidala mucho.

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  3. Como dicen no hay guerra que dure cien años, y espero que así se para los restantes guerrero y que el amarillo sol llegue pronto a poner su bandera.

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  4. Les quiero dar las gracias a todas las queridas lectoras
    Está nota fue una gran inspiración que ustedes en el fondo terminam!
    Besos a todas..y de todo con amor siempre todos los días benditos días!
    Mila

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  5. Hola María, hay un juego para tí en mi Blog. Un beso

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  6. muchas vidas...
    bello y horrible, inocente y maduro!
    insisto, qué grande eres Mila!!!!!!!
    <3

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  7. Muy poético,veo que compartimos algunas cosas , como el amor por los animales, y yo también escribo en mi blog como entretenimiento, no busco nada mas que compartir con los demas las cosas que me gustan, la historia , los misterios, la política, solidaridad, etc.
    Un abrazo.

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